Seguro que más de una vez en la vida hemos sentido esa sensación de desempaquetar un producto nuevo, ver la caja y tratar de adivinar el tamaño de lo que tiene en su interior, quitar el celofán, romper los precintos de la caja, abrirlo, quitar el resto de embalajes que evitan que el producto se pueda dañar en la caja y admirar lo que encontramos en su interior.
Si alguna vez hemos sentido esa sensación con un simple móvil, mp3, un instrumento…
No puedo ni imaginarme que se debe sentir al recibir un auténtico Lamborghini Reventon embalado, ver la austera pero gigantesca caja con el inimitable logotipo de Lamborghini e ir desembalando poco a poco un automóvil único en su especie basado en el caza F-22.
Cuando decimos que en la vida podremos sentir algo así no nos equivocamos, y es que el afortunado que recibió este superdeportivo tiene la suerte de poder gastarse más de 1 millón de euros …