Sin duda alguna, una de las marcas más conocidas, prácticamente a la altura de la mítica Coca Cola, es Michelin. Y gran parte de la culpa la tiene su mascota, el famoso muñeco lleno de “michelines”, que por cierto tiene nombre: se llama Bibendum.
Pero seguro que mucha gente se habrá preguntado ¿cual es la historia de esta mascota?
Michelin consiguió hacerse famoso a principios del siglo XX en Europa por ser uno de los introductores de las ruedas de caucho, ya que hasta entonces lo habitual en los destartalados automóviles de la época eran las ruedas de madera rodeadas de metal.
En la EXPO de 1984 de Lyon, Michelin tenía un stand en el que había colocado una torre de neumáticos para mostrar el abanico de opciones de que disponia la marca. Al observarlo, Èdouard y André Michelin, los hermanos fundadores de esta marca francesa apreciaron que tan solo faltaba unos brazos para que la figura pareciese humana.
En 1987 un publicista se encargó de iniciar una estrategia publicitaria y para ello basándose en la imagen del rey Gambrino, al que se le atribuye la creación de la cerveza, ideó un lema que decía “Nunc est bibendum”, que traducido al castellano significa “Ahora es el momento de beber en francés”. André le propuso al publicista la idea que su hermano tuvo años antes en Lyon.
Al año siguiente el publicista cambió el lema a “Nunc est bibendum… Le pneu Michelin Boit L’Obstacle” que traducido al castellano significa “Ahora es el momento de beber… el neumático Michelin se traga el obstáculo” y creó el mítico muñequito que poco a poco se fue convirtiendo en uno de los símbolos más importantes del mundo del automoviles.
A mi me sigue sonando raro, pero Bibendum es el nombre con el que se apodó a esta curiosa mascota.