6 cosas que quizás no conocías del Tesla Roadster

1. Solo comparte un 10% de las piezas con el Lotus Elise

Si conoces el Tesla Roadster con total seguridad sabrás que gran parte de la tecnología empleada procede de Lotus y especialmente del Lotus Elise, pero ¿hasta que punto comparten tecnologías Lotus y Tesla?
Por muy parecidos que nos parezcan por fuera, al final el Lotus Elise y el Tesla Roadster comparten un 10% de las piezas, básicamente el parabrisas, los airbag, las llantas, algunas partes del salpicadero y el tablero de mandos y algunos componentes de las suspensiones.

Aunque el Tesla Roadster emplea la tecnología del Lotus Elise, los ingenieros de Tesla desarrollaron un chasis nuevo y construyeron su propia carrocería con fibra de carbono. Finalmente el Tesla Roadster se ensambla en la fábrica de Lotus en Hethel (Inglaterra) con las piezas que le suministra la fábrica de Tesla.

2. El indicador de autonomía aprende progresivamente

Uno de los inconvenientes más habituales en prácticamente la mayoría de los vehículos de producción, es la falta de precisión de los indicadores que nos muestran la distancia que podemos recorrer con el combustible que nos queda en el depósito. En un vehículo eléctrico la cosa se complica aún más, ya que la dificultad de comprobar el nivel de carga de las baterías y hacer una previsión de consumo es mayor.
Para resolverlo, el software que utiliza el Tesla Roadster va tomando datos desde que sale del concesionario para aprender con la experiencia, tomar estadísticas más acertadas y realizar predicciones que cada vez se acercan más a la realidad. Evidentemente  en un vehículo eléctrico esto es imprescindible para evitar quedarnos tirados en cualquier cuneta sin un enchufe cerca.

3. La fibra de carbono

Quizás el gran éxito del Tesla Roadster esté en su reducido peso, con menos peso la potencia del motor se aprovecha mejor y la reducción de las inercias hace que la agilidad de este deportivo en cualquier condición sea excelente. Gran parte del ahorro de peso se debe al empleo de resinas moldeadas y fibra de carbono.

4. La transmisión original apenas tiene unos miles de kilómetros de vida

Uno de los problemas que se encontró el Tesla Roadster en su producción, fue el de la fiabilidad del eje de la transmisión, ya que Tesla ha tenido serias dificultades para construir una tranmisión que soporte el descomunal par que desarrollan estos motores eléctricos.
La solución de la marca fue bloquear la segunda velocidad, de esta forma la aceleración de 0 a 100 km/h pasó de los 4 segundos originales a 5,7, pero al menos es una solución temporal para evitar que la transmisión dure apenas unos miles de kilómetros. Según la marca, las primeras transmisiones que casquen serán sustituidas sin un coste adicional entrando en la garantía.

5. Modos de conducción interactivos

Ya hemos hablado de que la tecnología en el Tesla Roadster es impresionante y a eso le tenemos que añadir la facilidad con la que se puede cambiar el funcionamiento de un motor eléctrico. Por eso mismo este deportivo se puede configurar desde una pantalla táctil instalada en el salpicadero para que en décimas de segundo pase de ser un dócil y confortable descapotable para pasear los fines de semana a convertirse en un auténtica máquina en carreras de aceleración y sonrojar a los más potentes motores V8.

6. Un mantenimiento prácticamente nulo

Habrá quien piense que las tareas de mantenimiento en un coche de estas características se complican notablemente. Nada más lejos de la realidad. Los frenos, suspensiones, neumáticos y roces en la carrocería pueden repararse en cualquier taller con un mínimo de cualificación, ya que no llevan ninguna tecnología especial.
Por otro lado los motores eléctricos tienen un mantenimiento prácticamente nulo, de hecho el único mantenimiento que recomienda Tesla es cambiar el líquido anticongelante una vez cada cinco o siete años.

En fín, pero el mérito del Tesla Roadster es que nadie verá nunca más a los eléctricos como simples carritos de golf