Cuando sueñas ¿qué coche conduces?
Este es el slogan que Mercedes ha elegido para su nuevo CLC, el heredero del antiguo Clase C Sportcoupé que se actualizó en 2008. En Historias del Motor tuvimos la oportunidad de probarlo en una pequeña toma de contacto para comprobar si como dice el anuncio, realmente soñaremos con este coche a partir de ahora.
La unidad que tuvimos la oportunidad de probar era un Mercedes CLC 220 CDI con cambio automático de 5 velocidades, con un motor diesel de 2148 cm3 cuyos cilindros se alimentan a través de common-rail proporcionando una potencia de 150 cv.
Evidentemente este motor no está diseñado para una conducción deportiva, y a mi compañero y a mi no nos iba a impresionar como para hacernos soñar, para eso ya está el motor V6, no obstante si pudimos comprobar los defectos y las virtudes del nuevo coupé de Mercedes y concretamente de esta unidad equipada con un motor Diesel y cambio automático.
Para empezar el diseño es junto a la calidad de los materiales, una de las mejores bazas de este coupé, y es que aunque se haya construido sobre la base del antiguo Clase C, se han renovado numerosos detalles como el frontal que luce ahora más agresivo con los faros alargados y la parrilla a lo largo del parachoques delantero y la trasera con nuevos marcos para los pilotos que se extienden ahora sobre el portón trasero, cuyo spoiler tambien ha sido sustituido.
El interior es cómodo y acogedor, la posición del conductor da sensación de amplitud y comodidad, mientras que los asientos traseros son suficientes para dos adultos y su acceso es bastante sencillo gracias al sistema Easy Entry que permite abatir los respaldos y desplazar hacia delante los asientos delanteros dejando hueco suficiente para entrar con facilidad. Aunque como suele suceder en la mayoría de los coupés de este estilo las plazas traseras siguen siendo un tanto angostas para ocupantes altos, ya que la caida del techo y la luneta trasera hacen que el techo esté demasiado bajo.
En cuanto a la mecánica, la combinación del motor 220 CDI y el cambio secuencial automático hace que sea una de las combinaciones más recomendables en cuanto a Comodidad pero no tanto en cuanto a Consumo, como veremos más adelante. El motor Turbodiesel aporta suficiente par a bajas revoluciones como para permitirnos realizar adelantamientos sin necesidad de recurrir al kickdown (cambiar a una marcha más corta para conseguir una mayor aceleración).
El cambio secuencial en modo manual tambien resulta bastante cómodo y nos permite “exprimir” un poco más las marchas, aunque llegado a un número elevado de vueltas (más allá de lo razonable) y para evitar que el motor se sobrerevolucione, automáticamente sube a la marcha superior.
Lo peor de escoger la caja de cambios secuencial automática de 5 velocidades es que los consumos se elevan respecto a la versión manual de 6 velocidades y no solo tendremos que pasar con mayor frecuencia por la gasolinera, sino que lo notaremos al adquirir un Mercedes CLC nuevo en el impuesto de matriculación por culpa de las Emisiones de CO2, ya que mientras el manual tiene unas emisiones de CO2 de 156 g/km, situándose en el segundo tramo y pagando un 4,75% de impuesto de matriculación, el automático tiene unas emisiones superiores de 172 g/km que le obligan a pagar un 9,75% de impuesto de matriculación.
Otra de las virtudes del Mercedes CLC SportCoupé es su chasis, en carretera se muestra sólido y estable aunque circulemos a gran velocidad, sin que notemos ninguna vibración por ningún lado, se nota sin duda la calidad y el rigor de Mercedes, por otro lado en carreteras más viradas con peraltes y curvas se mantiene en su linea ofreciendo un buen agarre y estabilidad, aunque como ya decíamos antes este motor no pide llevarlo al límite, pero la impresión es que con este chasis, la suspensión rebajada del Paquete Sport y un motor de gasolina de mayor potencia, se convertiría en una máquina de lo más entretenida en circuitos y tramos con muchas curvas.
En fín, el mayor defecto de este automóvil es su precio, no obstante se trata de un Mercedes y la diferencia de calidad se nota tanto en su diseño exterior como en el interior y ahí es el comprador quien tiene que decidir si está dispuesto a asumir el precio de este nivel de calidad.
Lo mejor:
- El chasis y las suspensiones: la estabilidad tanto en autovía como en carreteras “ratoneras” es excelente
- Calidad de materiales: la calidad de los materiales y el ajuste de las piezas es inmejorable, el interior es bastante cómodo y acogedor y no se oye ninguna vibración por ningún lado, además la insonorización es bastante buena y el ruido del motor no se filtra en exceso al habitaculo
Lo peor:
- La caja de cambios secuencial automática de 5 velocidades: culpable de que el precio sea bastante elevado y los consumos se disparen, pese a todo es muy cómoda y recomendable para los que no puedan prescindir del cambio automático
Por último agradecer su atención a Esperanza Pindado, Delegada de Ventas del Concesionario Mercedes-Benz DAVISA de Toledo (Carretera Madrid-Toledo km63,800, Olias del Rey) por su atención y por permitirnos probar el nuevo Mercedes CLC Sportcoupé.