Tienes un Mercedes SL, mucho dinero para personalizarlo y hacer que sea el único en su especie, poca cabeza y muy mal gusto, y el fatal resultado es lo que tenemos en estas fotos.
Empiezas poniéndole unas llantas bastante ostentosas con unas ruedas de perfil muy muy bajo, te lías y cuando te quieres dar cuenta has conseguido destrozar, como muy pocas veces se haya visto, un deportivo que de serie es precioso.