En más de un artículo de Historias del Motor habreis oido el término de puertas suicidas (suicide doors), por eso mismo os traigo un pequeño artículo para descubrir el porqué de esta peculiar forma de definir a las puertas que se abren en el sentido contrario al habitual, es decir, con las bisagras en la parte trasera.
Lo cierto es que las marcas de automóviles no suelen emplear el término puertas suicidas habitualmente, por dos razones, una obviamente por ser muy pocos los coches que utilizan esta forma de apertura de sus puertas y la otra por las connotaciones negativas del término, no obstante y muy recientemente he podido ver más de una nota de prensa de marcas que hacían referencia a este peculiar término, pero parece poco probable que se utilice en campañas publicitarias orientadas a futuros compradores, de hecho muchas marcas como Rolls Royce y Mazda han intentado redefinir el término con expresiones como puertas de bisagras traseras, puertas estilo autobús o puertas de estilo libre.
Hay varias teorías que se barajan como posibles orígenes del término, desde la peligrosidad del sistema sobretodo en los primeros automóviles que se fabricaban, hasta la era de los gangsters y la lucha entre bandas mafiosas.
Lo más probable es que el término puertas suicidas se originase por la peligrosidad que suponía circular a gran velocidad con estas puertas, ya que la fuerza del aire podía provocar su apertura sobretodo si la puerta no estaba sujetada con suficiente firmeza, de hecho se dice que una de las pruebas a las que se sometió el Subaru 360 (ver wikipedia) a finales de los años 50, era conducir a gran velocidad sin cerrar bien el pestillo para comprobar si la puerta se abría o no.
Por otro lado, casi rozando la leyenda urbana hay quien dice que el término fue acuñado por los gangsters que en las guerras callejeras de los años 30 abrían las puertas en marcha y se colgaban de ellas para disparar a los coches que les perseguían, con el consecuente peligro que esto entrañaba.
Otra de las explicaciones nos la comentaba nuestro lector Goriloak en los comentarios y es que en la época del 600 podía resultar indecoroso para una mujer con falda salir de un vehículo con puertas convencionales ya que al girarse para salir y sacar las piernas podía dejar ver en un descuido la ropa interior. Las puertas suicidas permitían a las mujeres con falda salir con las piernas juntas y sin tener que girarse y de esta forma se podían evitar este tipo de descuidos.
Hoy en día son pocos los coches que emplean este tipo de puertas, a parte de futuristas prototipos que no llegan a venderse, de hecho es un sistema casi reservado únicamente a vehículos de superlujo y limousinas como el Rolls Royce Phantom o sistemas más peculiares y novedosos como las puertas traseras del Mazda RX-8.